Red de Servidores Públicos
La Bitácora
Javier Peñafiel

Yo creo que a todos les ha pasado que, al volver del Programa de la Fundación, quieren visitar a sus nuevos amigos en sus respectivos países. Por un lado, para volver a verlos. Por otro, para poder seguir conociéndolos, en sus lugares y actividades diarias, con sus familias, amigos y pareja. Con ese sentimiento me encontraba a inicios del 2020, un par de meses luego del término de la Xª edición (en la que participé) y del Encuentro en Cartagena, cuando llegó la pandemia. Dentro de las múltiples consecuencias, tal vez una de las menos graves, pero si relacionado a lo anterior, fue lo poco aconsejable que se volvió viajar e incluso la imposibilidad en países que lo prohibieron.

Pero ya a mediados del 2021, con campañas de vacunación en curso, se volvió más fácil poder retomar el sueño de reencontrarse con parte de la familia que uno ganó en el Programa. De una simple conversación por Zoom para ponernos al día con Alejandra Vargas (Colombia), salió la idea de aprovechar que ambos teletrabajamos, por lo que podíamos viajar y hacerlo desde otro país. Será en parte por lo intensos que somos, pero en un par de semanas ya habíamos comprado los pasajes a Ciudad de México, se había sumado Julio Intriago (Ecuador) al viaje, y habíamos preparado documentos con los lugares y amigos a visitar. Es lo lindo de coincidir con personas que viven a full cada momento y que, si uno dice “vamos”, los demás responden “vamos”.
Llegado el momento del viaje, partí de Santiago a Ciudad de México, haciendo escala en Bogotá. Primera vez que me alegra tener una escala de varias horas, donde aprovechamos de tomar desayuno con Aleja, Isa Lopera y Carlos D. Luego viajamos a Ciudad de México y nos juntamos con Julio para comenzar nuestra aventura. Gracias a planificarnos y avisarles con tiempo a los de nuestra edición que estaban en México, aunque estuvieran en distintas ciudades, pudimos ver a las 4 mexicanas de nuestra edición, Arantxa, Montse, Elena y Anamary, y a otro compañero que está viviendo en México hace unos años, Fernando de Venezuela. Es impresionante cómo el cariño, la confianza y la conexión se mantienen y pareciera que no pasara el tiempo, a pesar de no habernos visto en casi 2 años.

Pero formar parte de la Red en la que estamos, es mucho más que solamente vivir una experiencia increíble con las personas de tu edición, es compartir una vocación, sueños, amistades en común, con todos los miembros de la Red independiente de la edición. Queriendo conocer a más personas, es que averiguamos quiénes de otras ediciones estarían en Ciudad de México y Guadalajara. Así, logramos coincidir con Cata Roa (colombiana de la IIª que pasaba por México unos días), Diego Saturno y José Luis Gil (ambos mexicanos de la IIª).

Gracias a ellos vimos unas tradicionales luchas mexicanas, cantamos y bailamos con mariachis, e incluso tuvimos un tour privado a la cámara de diputados de Ciudad de México, cual visita institucional en el Programa (todos con vestimenta tipo A por supuesto). Por desgracia, al estar solamente en dos ciudades de México, unos pocos días en Guadalajara, y al estar en tantas actividades todas las personas de la Red, no logramos coincidir con personas de otras ediciones (IIIª, IVª, VIIª, IXª, XIª), que estaban en México y que intentamos coordinar vernos. Las 2 semanas viviendo en México junto con Alejandra y Julio fue como volver al programa, donde cada café puede ser una conversación sobre tus sueños o tus miedos y donde al final no te quieren separar.

Luego de México, aprovechando el teletrabajo, estuve 2 semanas “solo” en Colombia. Realmente jamás estuve solo, gracias a tener una familia que me recibió y acompañó en cada momento del viaje, sin importar a la hora que fuera necesario. Poder conocer Bogotá, Cali y Cúcuta fue increíble, especialmente por contar con miembros de la Red, algunos con los que había hablado o trabajado antes y otros con los que no, que fueron los mejores guías turísticos (mención especial para Bibiana Quintero de la 9ª, por su conocimiento, amor y trabajo por su ciudad) y que me hospedaron en sus casas (infinitas gracias a Aleja Vargas, Manu Guevara de la VIIIª y Carlos D de la IXª por alojarme, pasearme y permitirme conocer a sus familias). Además de poder juntarme con los 3 colombianos de mi edición (algo nada sencillo por sus agendas tan ocupadas), pude compartir con 5 colombianos de otras ediciones (VIª, VIIIª y IXª), 2 mexicanas de otras ediciones viviendo en Bogotá (VIª y VIIª) e incluso un futuro miembro de la Red (un colombiano seleccionado para la XIIª edición).

Me impresionó y les agradezco profundamente lo acogedores que fueron todas las personas de la Red con las que compartí. Les agradezco porque fue maravilloso poder conocerlos, conocer sus amistades, sus familias, verlos en un día normal de trabajo y poder recorrer sus ciudades con ustedes. Me impresionó porque con algunos jamás había hablado, pero por el simple hecho de ser parte de la Red la acogida y la conexión fue gigante y me hace pensar que muy probablemente si nos hubiera tocado en una edición distinta a la nuestra, habríamos hecho hermosas amistades igual y espero poder seguir haciéndolas los próximos años. Realmente creo que la familia no son solo los de tu edición, sino que todas las personas de la Red. Por lo que si viajan a algún país (y no solo en Latam), les recomiendo que lo comenten en los grupos que tenemos, que pregunten quiénes de la Red están en los países que visitarán y les hablen con toda la confianza, aunque jamás hayan hablado antes. No se arrepentirán. Y desde ya, los espero en Chile.
